Bodegón 1928
Óleo sobre tela, 33x41 cm.
En 1923, Joaquín Peinado marcha a Francia. Los españoles de París aportan en la década de los 20 un nuevo concepto de pintura: la “Figuración Lírica”. Peinado, entre otros, desarrollaría en estas obras una pintura pura, en la que se maneja el material valorando sus cualidades plásticas, e insertando referencias a objetos que se realizan con inmediatez y automatismo, lo que crea figuras primarias, recuerdos de éstos, en este caso, sendas copas, una pieza de fruta, y un plato con racimo de uvas. Las herramientas y métodos de un surrealismo entonces emergente, como el automatismo, reciclados y unidos al bagaje cubista, depararán obras como ésta.