Flores que no planté 1962
Óleo sobre tela, 116,5x89 cm.
En esta obra el dibujo es definitorio. El color, tremendamente arbitrario, pigmenta fragmentos de la obra para que rememore la coloración propia de la escena. En algunas zonas de la superficie la vegetación queda en blanco mientras que en otras toma su color. En otras el fondo adquiere el mismo color que tallos y flores. En definitiva el color como accesorio, pero accesorio definidor de la manera de Peinado.