Rafael Alberti
(El Puerto de Santa
María, Cádiz; 1902-1999)
Chuflillas al Niño de la Palma, 1948 - Gouache sobre papel, 50 x 35,5 cm.
Reconocido poeta universal, pocos son los que no conocen a
Rafael Alberti como autor indispensable de las letras hispánicas y uno de los
principales instigadores de la reconocida Generación del 27. No obstante, no
todos conocen la faceta plástica del poeta gaditano que, recién llegado a
Madrid en 1917, tenía como propósito estudiar dibujo y pintura. Fue así que, de
la mano de sus admirados Goya y Zurbarán en las salas del Museo del Prado, se
puso manos a la obra, dando a luz una primera muestra individual en 1923; cita
que sorprendió a propios y extraños dando a luz las primeras obras “abstractas”
de las vanguardias españolas.
La fulgurante presentación pictórica de Alberti coincidió con
su decidida vocación poética y la primera quedó oculta durante tres décadas,
siendo entre 1945 y 1947, al amparo de la redacción de su libro titulado A la pintura, que dibujos, grabados e
ilustraciones renacieron en las manos de Alberti para nunca jamás desaparecer.
Tanto es así que, en 1962, en reconocimiento a su labor plástica, fue homenajeado
por la Asociación de Artistas Plásticas Argentinos; siendo posteriormente
nombrado miembro de honor de la Sociedad de Grabadores de Italia (Roma, 1974) y
numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid, 1977).
Su relación con Joaquín Peinado, en cuyo museo hoy
presentamos una de sus dibujos, fue corta pero intensa, coincidiendo en el
marco de las relaciones y amistades tejidas al amparo de la mítica Residencia
de Estudiantes en el Madrid de principios de la pasada década de los 20, siendo
gracias a dicha relación que el poeta conoció la figura y andanzas taurinas “de
tronío” del personaje al que dedicó el poema que da pie a la obra que aquí
presentamos; protagonista que no es otro que el torero, también rondeño e
íntimo de Peinado, Cayetano Ordóñez “Niño de la Palma”, patriarca de la saga de
los Ordóñez. Composición que, justo en la pieza que exhibimos, incorpora el
siguiente pasaje:
[…]
Alas en las zapatillas,
céfiros
en las hombreras,
canario
de las barreras,
vuelas
con las banderillas.
Campanillas
te nacen en las chorreras.
¡Que
salero!
Cógeme,
torillo fiero. […]
La
obra, titulada Chuflillas al Niño de la
Palma, es un gouache realizado por Alberti en 1948. Un magnífico ejemplo de
la labor plástica del reconocido poeta andaluz y universal, pletórico de color,
donde éste, cargado siempre de un valor simbólico, se acompaña de un dibujo
donde la línea se despliega y recorta en formas que, de una forma u otra, nos recuerda
a formas cercanas a la genialidad de Miró y diversas sugestiones surrealistas.
Colores
y formas que se pliegan y corresponden con las intenciones y sentimientos que
los generaron; fríos y cálidos, aplicados sobre formas de líneas curvas y
rectas que se alternan, entrecruzan y contraponen, revelando el juego entre un
carácter punzante y eventualmente agresivo y una visión optimista y positiva
que caracterizaron tanto su arte como su poesía.