Fermín Durante López (Málaga, 1933-2007)
Muchacha en el paisaje, 2006.
Óleo sobre lienzo, 114
x 146 cm.
Pintor
vocacional y delicado, Fermín Durante inició su tránsito por la pintura en las
aulas de la malagueña Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, contando
además, como hito destacado, con el magisterio del recordado pintor Federico
Bermúdez Gil. Amigo de pintores como Alfonso de la Torre o Pablo García Rizo,
su dedicación al mundo de los óleos y las telas no fue difícil, recorriendo, ya
en su juventud, buena parte de la geografía andaluza practicando el paisaje,
afianzando en su pintura el convencimiento de que pintar del natural era la
única forma de abordar el color de forma convincente.
Aún sin
abandonar la pintura, se incorporó al negocio familiar, dedicado a la
fotografía, donde sus conocimientos del dibujo le facilitarían su dedicación al
retoque y la iluminación fotográfica en momentos donde las instantáneas aún se
realizaban en blanco y negro. Al mismo tiempo estudia en profundidad la química
aplicada al laboratorio fotográfico, obteniendo resultados sorprendentes que
aplicaría a nuevas fórmulas de reveladores que serían empleadas en la industria
familia. El fascinante mundo de la fotografía, generador de una forma singular
de entender y ver la realidad, se convierte en una obsesión para Fermín
Durante; la descomposición de la luz al incidir sobre los objetos le hace
adquirir un concepto depurado de las formas que va más allá de sus propias
apariencias, generando en su obra una singular poética, mezcla de realismo y
poesía, resultado de la impregnación de dos modos distintos de hacer arte. De
un lado nos encontramos con el realismo, que contaría con un evidente dominio
del dibujo y la influencia de la visión fotográfica, y de otro la metáfora,
poética y onírica, nacida de sutiles expresiones y exquisitas depuraciones
formales; ingredientes de los desnudos e íntimas evocaciones femeninas,
retratos, bodegones, tipos de la calle y alegorías que poblaron su pintura; un
bello universo, suave y sugerente, mágico y sensual, que nos ofrece
interrogantes cuyas respuestas sólo podremos responder en la intimidad de
nuestra experiencia.
Creador
de no muchas exposiciones públicas y escasa actividad galerística, su obra
inicial, centrada en el paisaje y el retrato, fue dada a conocer en la Exposición Nacional de Gibraleón
(Huelva, 1967) y en el certamen anual de la Obra
Sindical Educación y Descanso (Málaga, 1969), obteniendo en este último una
Primera Medalla. Su primera muestra individual se celebró en Málaga, en 1970,
en los salones de la Sociedad Económica Amigos del País, siguiendo citas en
galerías como Malacke (Málaga, 1980 y 1985), Heller (Madrid, 1982 y 1983),
Fundación (Madrid, 1983), Aveyro (Lisboa, 1985), Terral (Málaga, 1990) o
Benedito (Málaga, 1994). Algo mayor fue su participación en eventos colectivos,
destacando citas como la Exposición de
retratos de la Sociedad Económica Amigos del País (Málaga, 1973), la I Bienal de Pintura Vila de Pego
(Alicante, 1977), el Homenaje a Juan
Eugenio Mingorance (Málaga, 1981), el Homenaje
a Picasso (Málaga, 1982), la colectiva Pintores
Malagueños (Nerja, 1984), el Salón de
Otoño de la Asociación de la Prensa de Málaga (1988, 1993 y 1995) o el 150 Aniversario de las Reales Academias de
Andalucía (Málaga, 1999). Asimismo, fue autor de numerosos carteles
oficiales y habitual colaborador de instituciones malagueñas, destacando su
vinculación artística con varias cofradías y hermandades malagueñas.
Muchacha en el paisaje, una de sus
últimas obras, es un magnífico ejemplo de la mágica belleza y exquisita técnica,
figurativa y metafórica, plasmada en los lienzos de Fermín Durante; retrato
femenino, adolescente y sereno, abierto a un amplio paisaje, mediterráneo y
andaluz, bañado por la luz de la tarde. Luz omnipresente, fuertemente
contrastada y de tonos dorados, que moldea la figura con fuerza y acaricia el
paisaje dotándolo de cualidades aterciopeladas; generadora de la melancólica
atmósfera que inunda la escena, donde es la propia “luz”, tras su celaje de
nubes, protagonista principal. “Muchacha” de mirada ausente, taciturna, rodeada
de pensamientos ignotos y dos delicadas pajaritas de papel, ingrávidas y
gráciles, que encierran en si, como en otras muchas obras de Durante –donde
aparecen con notable asiduidad–, los ecos de su bello, onírico y poético mundo
plástico.